El kéfir es un superalimento que tiene un sabor muy agradable similar al yogurt, pero con una particularidad algo extraña porque su fermentación se realiza gracias a la activación de un hongo. Es importante aclarar que este nombre también lo llevan los gránulos que son utilizados para poder realizar este preparado.
El aspecto que tienen estos gránulos es bastante parecido a la coliflor, aunque realmente su contextura es distinta por que los del Kéfir son mucho más blandos y algo gelatinosos. En sí es reconocida como una masa simbiótica que logra combinar componentes como levaduras, proteínas, bacterias probióticas, entre otros.
Aunque pocos lo sepan el Kéfir de leche es el producto lácteo más antiguo del que se tenga conocimiento, cuyo origen se asegura es del Cáucaso, el cual ha existido y consumido durante miles de años.
Historia del Kéfir

Su historia es bastante curiosa, según los entendidos esta palabra “Kéfir” tiene un significado muy especial que es “Bendición”. Cuenta la leyenda sumeria, que para compensar a Noé y al no poderle darle el don de la inmortalidad los dioses decidieron entregarle esta planta, como un agradecimiento. Adicionalmente la creencia musulmana se basa en que el “Kéfir” ha sido un regalo que ha dejado el profeta Mahoma a las poblaciones que han sido fieles al Islam.
Más allá de estas historias en el mundo contemporáneo cada vez son más los ciudadanos que se suman a su consumo, sobre todo por convertirse en un gran ingrediente proteínico y de alguna manera casi milagrosa parte de nuestra dieta diaria.
Hoy en día se conocen tres tipos de preparados con el Kéfir, el de la leche, el de agua y el del té, por cierto que este de leche se fabrica en dos modalidades con leche de vaca y también de cabra. A pesar de que el de leche puede ser el más popular y conocido para muchos el de agua es más completo y mejor.
Fermentación
Cuando aseguramos que es simular al yogur es porque se trata de una leche fermentada, que nace desde el kéfir que es un producto vivo, que está integrado por tres productos básicos levaduras, bacterias y también caseína coagulada.
Cuando lo comparamos con el yogur nos damos cuentas que tiene una contextura mucho más suave y su sabor si es más ácido, además que tiene un cierto contenido alcohólico muy bajo, en sí del 1 %.
Precaución a la hora de preparar el Kéfir

Para preparar el Kéfir es importante seguir una serie de recomendaciones las cuales se pueden conseguir vía internet, aunque lo ideal sería comprar el producto ya fabricado y así evitar algunas molestias y riesgos que puede significar su proceso de fabricación. Por ejemplo en este proceso de fabricación y fermentación, nunca es recomendable utilizar artículos de aluminio, debido a que este metal no es nada estable cuando se encuentra en un ambiente ácido, lo cual puede incidir en transferir partículas nocivas al producto final.
Una de las propiedades fundamentales que tienen estos granos es su elevado valor nutricional y probiótico, lo cual influye directamente en el refuerzo de nuestras defensas inmunitarias, además de ayudar a equilibrar la flora intestinal.
Su uso es muy variado y puede utilizarse en diversas recetas de cocina, de hecho es excelente para sustituir el yogur en cualquiera de las modalidades que se quiera, además se puede usar para fabricar algunos tipos de quesos o ensaladas.
Usar este producto en la cocina puede significar incidir en la mejoría de la salud, así como del estado de ánimo, es importante tratar de profundizar un poco sobre el Kéfir para conocer sus beneficios y propiedades que tanta ayuda puede significar para todos, además que su sabor según la opinión de muchos, puede ser sumamente agradable y atractivo.